Egresados de la
ESPA generación 85, participan de convivio en Puerto Armuelles
Rememorar
anécdotas, transportarse al pasado, buscar en el baúl de los recuerdos, revivir
los mejores tiempos que cualquier ser humano puede vivir: la adolescencia
estudiantil, fue la bella y gratificante experiencia que sintió un grupo de egresados
de la Escuela Secundaria de Puerto Armuelles (ESPA), que se reunieron después de casi 30 años, el
pasado 2 de enero en el Restaurante “Donde Luz”, ubicado en la comunidad
playera de Corazón de Jesús en El Palmar Sur, corregimiento de Puerto
Armuelles, distrito de Barú.
Fue un momento
mágico, emocionante, casi indescriptible, el reencuentro, tiempo en el que en más de dos horas cada uno se puso
al tanto de sus vivencias en estas últimas tres décadas, pretérito en el casi
la mayoría no se había visto o solo habían tenido contacto no más de dos veces,
incluso entre quienes por circunstancias de la vida no fueron amigos ni se
trataron como tales durante la época estudiantil.
Bajo un ambiente
familiar y de sana camaradería transcurrió el encuentro, la riqueza con que nos
nutre el paso del tiempo, la evocación de los viejos recuerdos y la oportunidad
que nos ha brindado la vida en este paso del tiempo, como para algunos construir
familias y profesiones, pero lo más importante, habernos convertido en mujeres
y hombres de bien, formó parte de la amena conversación.
Cada uno de través
de sus relatos demostró que a pesar de las adversidades que se han presentado
en el camino, desgracias familiares como para algunos la pérdida de seres
queridos, así como historias de desencuentros amorosos, y la permanente ilusión
de seguir forjando sueño y futuro, ahora no solo para nosotros sino para
nuestros hijos, formó parte de las cosas más gratificantes que compartimos, más
que como compañeros, como amigos de siempre.
Lo más bonito fue sentir que aún se mantiene viva la ilusión y el sueño con el que todos salimos de aulas de clases, y que ahora, en nuestra edad madura, siendo profesionales y ciudadanos responsables hemos decidido resarcir parte de lo que nuestra Alma Mater hizo con nosotros en nuestra época de juventud.
Lo más bonito fue sentir que aún se mantiene viva la ilusión y el sueño con el que todos salimos de aulas de clases, y que ahora, en nuestra edad madura, siendo profesionales y ciudadanos responsables hemos decidido resarcir parte de lo que nuestra Alma Mater hizo con nosotros en nuestra época de juventud.
Durante el encuentro
también se abordó parte de la iniciativa expuesta a las autoridades del colegio, de nuestra intención de contribuir con un
proyecto que coadyuve a mejorar la calidad y condiciones de las generaciones
que hoy pudieran ser nuestros hijos, y que con la misma ilusión y esperanza que
nosotros hace 30 años, se construyen día a día un futuro promisorio que se
vislumbra lleno de oportunidades, como lo imaginamos para nosotros y que
hicimos realidad a lo largo de nuestras vidas, más ahora en nuestra segunda
juventud.
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